Lo he dicho en numerosas ocasiones y lo sostengo. Para mi, la universidad es un fraude.

Sin embargo, cuando expongo mi posición sobre las universidades y los estudios universitarios, naturalmente, muchas personas responden agresivamente. Siempre llegan comentarios cargados de resentimiento y agresión como:

  • "Seguramente reprobaste la universidad y por eso piensas así"
  • "Se nota que no tienes título universitario"
  • "Quiero ver que te dejes operar por un médico sin título"

Es normal. Es esperado. Estoy atacando uno de los dogmas más arraigados en la mente de las personas.

En raras ocasiones, me escriben personas racionales para debatir mi punto de vista y curiosamente, sus argumentos lo fundamentan en la misma cosa:

El sesgo del superviviente.

El sesgo del superviviente es un tipo de sesgo de selección y la consecuencia del sesgo del superviviente, es que puede llevar a formar creencias muy optimistas al analizar solamente los resultados positivos e ignorar los resultados negativos. Por ejemplo, solo porque a mi y a mis amigos les fue bien profesionalmente después de abandonar la universidad, no significa que todas las personas van a correr con la misma suerte.

El sesgo del superviviente tiene sus orígenes durante la segunda guerra mundial, cuando el estadista Abraham Wald incorporó este sesgo para reforzar el chasis de aviones de guerra. Wald empezó a analizar las áreas dañadas de los aviones que habían sido derribados en combate, incorporó los resultados de sus análisis en el nuevo diseño, y los nuevos aviones con chasis reforzado tuvieron una expectativa de vida más grande.

¿Qué tiene que ver el sesgo del superviviente con mi posición acerca de los estudios universitarios?

Que muchas personas me han acusado de ser víctima de ese sesgo. Que yo soy un “superviviente” entre los millones de personas que han decidido abandonar la universidad y les ha ido bien profesionalmente, económicamente, personalmente y espiritualmente.

Y ¿sabes? tiene sentido.

Los entiendo.

El problema es que ese tipo de personas también están siendo víctimas del sesgo del superviviente.

Las personas que argumentan que la educación universitaria es indispensable, se niegan a ver que, por ejemplo, el 41% de los graduados universitarios en México NO TIENEN EMPLEO.

Del otro 59% restante, 60% NO EJERCEN en su campo.

Si tú eres una de las personas que ejercen una profesión en tu área de estudio. Amigo mío, tu eres la excepción a la regla.

Eres un superviviente.

Mi objetivo nunca ha sido convencer que las personas abandonen la universidad, me llenaría de felicidad, pero no lo es.

Mi objetivo es que si en este momento tu te encuentras cursando la universidad, y no sabes si esa camino es para ti. No dejes que otras personas te digan que hacer con tu vida.

Investiga. Atrévete a pensar diferente. Atrévete a ser un tornillo cuadrado que no encaja en un hoyo redondo. No estás solo.